Convertida en un sofisticado fetiche de las corrientes vanguardistas, la islandesa Bjork es por sobre todo una artista que no se duerme en los laureles, proponiendo en cada caso una idea creativa explotada siempre al máximo, sea cual fuere el resultado.
Muchas de esas experiencias pudieron ser apreciadas en vivo por el público argentino, quien no olvida sus conciertos en sitios estrambóticos, pero ahora el nuevo bocado sonoro retrata en vivo esas performances tan hipnóticas como subyugantes, proyecto granado con gran calidad dentro de un estilo que requiere mucha atención en la mezcla final.
Proponiendo aquí su reciente disco y también una relectura de su obra encriptada dentro de la flamante historia, Bjork invita a bucear en las aguas de un estilo atrapante que nunca decepciona a los audaces.
Toda novedad de Bjork es recomendable, a disfrutarla.