Descansa en paz, Dick Johnson, es el nuevo documental de Netflix que podría rozar lo morboso.
La muerte y los rituales que hay a su alrededor, al igual que muchos otros hábitos sociales, son sin duda algo cultural. El filme de Netflix toma esa premisa y, aunque resulte algo bizarro, no duda en cuestionarla y colocarla en un primer plano.
Más allá de que el mundo esté hiper globalizado, bastante occidentalizado y las culturas parezcan fusionarse en una sola, todavía quedan muchas diferencias entre las distintas poblaciones que lo habitan. La comida, la vestimenta, el lunfardo, son lugares en los que aún se pueden hallar distinciones que caracterizan lo humano y que, sin dudas, hacen de este planeta un espacio mucho más rico. La directora del documental de Netflix entendió ésto y, mezclándolo con una cuestión sumamente personal, decidió ponerlo en jaque.
Justamente, la concepción que se tiene de la muerte, y los rituales que lo acompañan, es otro de los hábitos donde todavía pueden observarse diferencias entre las culturas. Sin lugar a dudas la manera en la que se concibe la defunción de una persona en Argentina, no es la misma que en otros países del mundo. En México, por ejemplo, los fallecidos tienen su día (que por cierto, ya se acerca) y, por el contrario de lo que pasa en este país, la muerte es toda una celebración.
Teniendo en cuenta esta idea y derribando las nociones que tenés de la muerte, es que el documental de Netflix puede resultar atractivo e interesante, de lo contrario te puede parecer morboso. ¿De qué trata?
La realizadora del filme, Kirsten Johnson, se entera de que su padre tiene Alzheimer y, antes de que cumpla 86 años, la propone filmar su muerte. Es decir, realizar todo un proceso creativo alrededor de este que hecho que, casi siempre, suele ser concebido como algo doloroso e incluso se haba de él con cierto tabú.
«Tan solo la idea de que podría perder a este hombre, es insoportable. Es mi papá (…). Pero ahora nos llegó, el comienzo de su desaparición y no vamos a aceptarlo. Es un psiquiatra y yo una realizadora. Propuse hacer una película sobre él muriéndose y él aceptó», cuenta Kirsten en los inicios del filme.
«Toda una vida haciendo documentales ha convencido a la premiada cineasta Kirsten Johnson del poder de lo real. y ahora está lista para usar todos los trucos que conoce sobre hacer películas: poner en escena formas ingeniosas y fantásticas para que su padre psiquiatra de 86 años muera mientras espera que el cine la ayude a doblar el tiempo, reírse del dolor y mantenerlo vivo (…) Es una carta de amor de una hija a un padre, que combina de manera creativa hechos y ficción para crear una exploración de celebración de cómo las películas nos brindan las herramientas para lidiar con la profundidad de la vida», narra la sinopsis de la cinta en el canal de Youtube de Netflix.
Así, Padre e hija toman esa instancia inevitable la vida de una manera diferente. Con dolor y nostalgia transitan esta experiencia y la narran de un modo poco convencional.
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