Por: Fernando Saavedra
A 25 años de “Vivid”, el álbum que contenía hits inolvidables y -al mismo tiempo- el encargado de llevar a Living Colour a otro estadio en las consideraciones populares, catapultándolos como fetiches de Mick Jagger, pero también a protagonizar peleas con el Axl Rose más joven y virulento de finales de década; Vernon Reid, ese guitarrista de mil riffs y de una aguda percepción sociológica sobre su entorno nos regaló este mano a mano. Que sea Rock!
Reinterpretar un álbum significa volver a toda una época. Supongo que un riff puede disparar mil recuerdos…
Trae muchas cosas, es verdad. Lo interesante es que tuve que aprenderme dos canciones porque no las recordaba, con partes muy raras. Me tuve que volver a conectar con la manera en la que tocaba en esos años y eso me llevó a los ochentas, a las calles, al aire de ese entonces. Nueva York era una ciudad muy distinta a la de ahora, porque estábamos en los años ochentas todavía y las cosas eran socialmente diferente. No se trataba de un lugar tan, aunque siempre lo fue, tan turístico como ahora. Había peligros, situaciones particulares que sólo conocíamos los que vivíamos ahí. Más tarde, todo cambió con la intendencia de Rudolph Giuliani, que desató una represión en muchos sectores de la sociedad. Pero más allá de esos hechos, lo cierto es que todo cambió en muchos barrios. Nosotros éramos parte de esos cambios también con nuestra música. Pero volviendo a tu pregunta, recuerdo que para la gira, en algún momento no me salían los temas como los había hecho originalmente y hasta llegué a enojarme conmigo mismo. Sin lugar a dudas el tiempo transcurrió como siempre sucede. La diferencia es que podés darte cuenta de eso cuando le sucede a uno mismo.
Observando todo aquello a la distancia, ¿cómo observás el impacto que tuvo el álbum a finales de los años ‘80, no sólo en el contexto musical?
La gente me lo menciona con asiduidad con la misma importancia que tuvo el primer disco de Public Enemy. Gente como Tom Morello (Rage Against The Machine) me lo recordó alguna vez, comparándolo con el primer disco de Fishbone. Creo que Vivid reafirmó la posibilidad de hacer cosas, de creer que se podía crear siendo negro y llegar a otros niveles. Creo que ese fue el factor más importante de lo desatado por el álbum, porque solamente algunas cosas pueden alterar factores difíciles de mover como lo social. Cuando encontrás ese algo que sacude lo establecido tenés siempre un poder impensado, diferente pero movilizador a la vez. Vivid logró hacer reflexionar algunas conciencias, algo que lógicamente no teníamos en mente que podía suceder. Pero sucedió, lo hicimos, y esa es la magia que genera la música en las poblaciones. A mí me pasó con varios discos y seguramente a vos te sucedió con otros también.
¿Al ser parte importante de la música negra, cómo ves la evolución de ese movimiento desde que comenzaste hasta hoy?
Creo que más artistas tienen chances de sobresalir con lo suyo. Gente como Prince, Bad Brains y muchos otros desperdigaron su influencia más allá de las razas. Desde hace unos años esa evolución que mencionás puede verse en artistas como TV On The Radio, con muchas fusiones y estilos como Gnarls Barkley, que a su vez es diferente a lo que hace Cee Lo Green.
¿Notás ese avance en el campo de los Derechos Humanos en los Estados Unidos?
Creo que la gente se dio cuenta de su fortaleza para lograr sus objetivos. Sí, observo un avance aunque siempre es puesto en duda. El discurso de las minorías se volvió más fuerte con el hip hop, cuando se metió en la discusión, y una canción como “Crazy” (Gnarls Barkley) no es necesariamente política pero es social en su discurso porque tiene una capacidad movilizadora diferente y aun dentro del mundo del pop.
¿Se avanzó en la dirección que esperabas?
Sí, pero de todas maneras falta un largo, largo camino por delante. Las canciones tienen poder cuando dejan de ser vistas como una simple canción. Eso es lo que debemos seguir buscando para lograr una visión de la fotografía completa. Una vez que lo logremos vamos a poder tener una evaluación más detallada. Debemos avanzar cada día más en lo que a cada uno le compete porque, no importa si estás en Estados Unidos, Israel o Argentina. El campo de mis derechos es igual al tuyo, y eso es algo que no debería variar según las divisiones geográficas ni materiales existentes.
Algunos tradicionalistas afirman que hablar de rap no es lo mismo que de hip hop, mientras que para otros son sólo etiquetas. ¿Se puede sostener esa diferencia para una discusión?
Es sólo un problema técnico. El rap fue el comienzo de un movimiento que encuentra siempre bases fuertes como para emerger. Sin embargo, hay evoluciones que trastocan ese camino inicial para llegar a un nuevo punto de partida. El hip hop, como otra parte o evolución de un movimiento, abarca al rap e incluye a la era del productor iniciada por J Dilla, que llevó a transformar al hip hop en un movimiento bailable, de protesta a veces, de comunicación en otras y de muchas cosas a la vez.
¡Dilla fue Elvis!
Es así y todavía lo extrañamos.