Por: Gabriel Imparato
Al menos tres generaciones lo eligen porque sus letras impactan directo al corazón. Él lo sabe y, para no perder esa conexión, confiesa que se “abre” a la mirada de los demás. Sabina es un clásico que se renueva, un hombre que camina por las calles de Buenos Aires como si un porteño más. Mirá lo que dijo sobre su presente y futuro en esta charla íntima.
No tiene tiempo para ver a Boca. Ni tampoco para salir a comer de noche con sus amigos de este lado del océano. La gira que lo trae por Buenos Aires es verdaderamente tan extensa que incluso podría prolongarse aún más.
Recluido en una de las amplias y lujosas habitaciones del Four Seasons Hotel, Joaquín Sabina bebe con mucho entusiasmo una taza con té de hierbas y se distiende en la charla con FDH.
Los tiempos que corren asoman muy especiales, ¿ves que los nuevos músicos solistas les cueste lograr empatía con lo que pasa?
En verdad siento mucha preocupación de no poder ver a lo que ambos llamaríamos las versiones jóvenes de artistas como Bob Dylan, Leonard Cohen o David Bowie. Ahora, pero en ese mismo sentido de cotejar, compruebo que lo nuestro fue un proceso de acumulación de año tras año. Ahí percibís que la gente fue viendo que somos fieles a lo nuestro y no monigotes de las firmas multinacionales; que nosotros no estamos en el duro tema del marketing. Yo ni siquiera sueno en la radio (risas), ni siquiera verás una campaña de publicidad sobre mí… si la ves, dímelo porque eso me pondría muy contento. En la actualidad hay nuevos medios, cosas como Facebook, Twitter y todo eso, pero sinceramente faltan recursos para hacer una obra con cimientos sólidos.
Tu llegada a Buenos Aires coincidió con el estallido en Catalunya por su independencia de España… ¿cómo lo viviste?
Recordando sin fallas lo ocurrido en Europa, advierto que el nacionalismo ha sido la causa central de todas las desgracias y grandes guerras en todo el siglo XX. Te juro que en España, nunca tuvimos tanta libertad, prosperidad y democracia como en los últimos 40 años, a partir de la Constitución de 1978. Catalunya, tal como la ves, es la zona más rica y una de las más libres del lugar. Pero una banda de políticos profundamente irresponsables han estado a punto de llevar a los catalanes a un abismo imposible, no hablo de los catalanes contra los españoles. Aquí lo primero que hicieron ellos fue dividir a los propios catalanes. Por eso estoy frontalmente en contra del nacionalismo y de la división, pues creo que en el siglo XXI hay que verdaderamente construir puentes y no ponerse a levantar muros.
¿Este enfrentamiento que deparó en la realidad cotidiana de la gente?
Algo terrible: la división de las familias. Esto que sucede de no poder cenar con algunos de ellos, es algo vergonzoso porque los independentistas parece que hicieron un mundo de “mejores y peores” catalanes; así como lo ves se trata de algo realmente diabólico. Uno que lo padeció fue Serrat pero lo de Joan Manuel fue muy duro porque él es un auténtico emblema de la catalanidad, como recordarás cuando el “Barsa” gana una copa, él entra al campo y canta con todos el himno del club. Pero hoy algunos le llaman fascista, es increíble… ¿puedes creer que tenga que vivir eso? Eso es lo que está pasando. Se trata de algo literalmente terrible y que espero que concluya pronto.
Hiciste una seguidilla de conciertos en el Luna Park y la estadía aquí fue larga, ¿cómo lo vivís?
Cuando llego a este país no dilapido el tiempo con cosas que te desconectan de lo que sucede, la previa de mis conciertos en Buenos Aires y el interior es como la de cualquier argentino: “pizza, carne y minas”(risas). En eso concentro mis energías. Prefiero disfrutar de la vida real. Me encanta muchísimo cómo me tratan los que viven aquí, tienen realmente el afecto a flor de piel y no lo ocultan bajo ningún motivo o excusa, aún pasando de lo esperable. No me queda más que aceptar que la Argentina es un país querendón y exagerado (risas).
En tu último álbum “Lo niego todo” volviste a trabajar con otra persona en el complicado mecanismo que significa el proceso de creación. Elegiste a Leiva, alguien con quien venías haciendo antes algunas cosas. ¿Qué diferencias podés establecer entre esta unión creativa y las que antes llevaste a cabo con compositores muy famosos?
Para este disco me propuse abrirme mucho a las miradas de los demás, entre ellos la de Benjamín Prado pero fundamentalmente Leiva, que es un chaval que sabe sobradamente de mis gustos musicales pero que no es un conformista que te aprueba cosas para llevarse políticamente correcto contigo, el fue uno de los que me ayudó a la hora de pensar en estas canciones que salieron a la luz. Respecto de tu pregunta, puntualmente me permito describir que en el álbum “Enemigos Íntimos”, cuando trabajamos con Fito Páez todas las letras eran mías y la música de él, más allá de alguna corrección u arreglo que sugiriese sobre esa última, ese era el patrón operativo, un poco distinto fue cuando trabajamos con Juan Manuel Serrat. Porque ahí entre dos amigos yo hacía una canción pero la firmábamos los dos, había pensamientos comunes sobre lo que nos propusimos en aquel proyecto. Lo que viví puntualmente ahora con Leiva puede encastrar sencillamente en un dialogo, él es un geniecito nuevo que tenemos, tiene mucho talento, sabe meterse de lleno en el corazón del otro, confío en él y todo lo que hicimos ha sido una experiencia muy enriquecedora y placentera.
Este disco que venís tocando desde principio de año en la Argentina, con aquel concierto de apertura en la temporada de Villa María, propone cosas llamativas, entre ellas la de poner un reggae dentro del listado final. ¿Cómo encaja en tu mirada “Qué estoy haciendo aquí?” en este planeta rítmico del álbum?, uno te hace oriundo de Jamaica.
No es algo de lo que haya hablado mucho en las entrevistas, no suelen preguntarme eso cuando estoy con los medios. Lo cierto es que viví en Londres entre los 20 y 27 años, recordarás bien que en ese momento allí comenzó a surgir el gran movimiento con los jamaiquinos de la ciudad, en aquellos tiempos yo me metía por curiosidad en los bares llenos de “rastas”. En verdad tenía ganas de hacer un reggae, ahora surgió de extensas y divertidas charlas con mi amigo y jefe de compañía Afo Verde. En uno de ese divertidos encuentro me contó que tuvo un grupo de reggae llamado “La Zinbawe Reggae Band” y enseguida lo provoqué diciéndole “haz una melodía y hacemos juntos una canción”, todo parecía una broma hasta que me mandó el arreglo y me encantó esa situación, además, lo que más me gustó fue la broma de hacer un tema con el jefe de la discográfica, no todos tienen la chance de vivir algo así en estos tiempos (risas).