Por: Georgina Bertolé (@Chinefila)
De la mano de Andy Muschietti se estrenó la tan esperada segunda parte de IT y en FDH te tiramos la posta para que la disfrutes.
En 1986 la novela de Stephen King desató furor entre los lectores del terror, tanto que cuatro años después se llevó a la pantalla chica la primera adaptación de la mano de Tommy Lee Wallace. Si bien esta versión sirvió para posicionar a Pennywise como uno de los monstruos más temidos del género, fue con Andy Muschietti y su hermana Bárbara en 2017 que IT llegó a su máximo esplendor. La película del director argentino fue la más taquillera de la historia en el mundo del terror, con una recaudación de más de 700 millones de dólares en el mundo. Además, las críticas, todas positivas, hicieron especial hincapié en la fidelidad que tiene la cinta con la novela.
En ésta secuela, el “Club de los Losers” regresa a Derry, en Maine, para asesinar a Pennywise de una vez por todas. Ya adultos y lejos del pueblo que los vio crecer, el clan se reencuentra para cumplir una promesa hecha 27 años atrás. Sin embargo, parecen no recordar lo sucedido y es solo Mike, que nunca abandonó Derry, el único que no ha olvidado. En éste marco regresa Pennywise en busca de nuevas víctimas. ¿Volveremos a ver a Georgie?
Esta cinta nos trae nuevos actores que le darán vida a las versiones adultas de los héroes de la historia. James McAvoy (X Men, Split, Se Busca), encarna a Bill Denbrough, líder nato del “Club de los Losers”. Jessica Chastain (La noche más oscura, Interestelar), se pone en la piel de Beverly Marsh, mientras a Bill Hader (Barry), le toca el papel del intrépido Richie Tozier. El resto del elenco se compone con Isaiah Mustafa como Mike Hanlon, Jay Rian como Ben Hanscom, James Ransone como Eddie Kaspbrak y Andy Bean como Stanley Uris. El temible Pennywise es caracterizado de forma brillante, una vez más, por Bill Skarsgard.
El casting funciona a la perfección. Las versiones adultas son bastante fieles a los niños que conocimos en 2017. Todos trabajan acorde a las personalidades originales, lo cual resulta un tanto cómico en algunos casos, como por ejemplo Eddie, el niño asustadizo e hipocondríaco del grupo, que hoy vemos irónicamente convertido en analista de riesgos.
Desde el principio notamos que esta segunda parte es mucho más oscura que su predecesora y que el director logra, con creces, generar un mayor impacto, entre otras cosas a base de los clasicos jumpscares que no abundaron mucho en la primera entrega. Los miedos con los que se enfrentan ya no son los de niños inocentes, sino miedos más elaborados, de adultos con historias, que conviven profundamente en su interior. Además, la cinta alterna entre pasado y presente, haciéndonos viajar a momentos cruciales de los años que estuvieron separados. Estos flashbacks sirven para cerrar algunos cabos sueltos de la primera parte.
La película, más psicodélica que la primera entrega, ahonda en secretos y heridas abiertas de los protagonistas, dando rienda suelta al show de Pennywise y sus metamorfosis. La historia logra de forma fantástica llevarte de la risa al llanto en menos de un segundo, con interpretaciones excepcionales como la de Bill Hader (¡chapó!). Por su parte, Andy Muschietti se da el gusto de regalarnos guiños y sorpresas que harán sonreír a más de un argentino en la sala, en especial a los hinchas de Independiente.
Argentina, el primer país en verla
Esta vuelta al pueblo de Derry fue histórica para Argentina, ya que el director y la productora decidieron hacer la primera Avant Premiere internacional en nuestro país, lo que significó mucho para ellos y para todos los fanáticos del film. Además, nos regalaron una conferencia de prensa cargada de risas y algunos secretos de la filmación. Destacaron principalmente, la química entre el nuevo elenco de Losers adultos, el arduo trabajo de Jessica Chastain en el cuerpo de Beverly y la buena onda que tiene constantemente en el set Bill Hader. Muschietti admitió que la escena que más disfrutó filmar fue la del restaurante chino. Allí se dio cuenta que el grupo funcionaba de forma excelente.
De paso adelantó una joyita que tiene pensada en un futuro… ¿cercano? El director argentino pretende fusionar las dos pelis en una, agregando material inédito y todas las escenas que quedaron afuera, resultando en un “super cut” de casi siete horas. Contó, también, que la duración del film fue un tema de debate, ya que la segunda parte dura media hora más que la primera y, admitió, que le costó elegir qué escenas eliminar, ya que sentía que todo era importante. Bárbara, su hermana y productora de la exitosa adaptación, comentó entre risas: “Andy es muy difícil de convencer cuando está seguro de lo que quiere”.
El final perfecto
La película constituye un cierre épico de la historia de terror más taquillera de la pantalla grande. La vorágine del desarrollo, un in crescendo constante, no da respiro hasta el final. Es sólo ahí cuando se toma realmente conciencia de la magnitud de la cinta. En el medio de los aplausos y con el nombre de Muschietti en la pantalla, es cuando te deleitás sabiendo que esta obra de arte fue hecha por un argentino.